"Estoy feliz de que haya nacido, disfrutando de este gran momento", dijo el jugador para abrir la ronda de preguntas, agregando que su mujer "está recuperándose mejor de lo que se esperaba".
El seleccionado se dio el tiempo incluso para desmentir las versiones de que Rivera se vaya a hacer alguna cirugía tras la cesárea, como una forma de recuperarse más rápidamente para asumir su labor en Fiebre de Baile, programa en el que oficiará de jurado a partir de enero.
"No se va a 'enchular', como se ha dicho. El hecho de que no se haya mostrado en este tiempo es porque nosotros no acostumbramos a hacerlo. Pero tiene un cuerpo privilegiado, así que en un mes va a estar regia de nuevo", dijo sobre la ex integrante de "Rojo".
Además, González se mostró como un padre moderno, al señalar que no le complica que su mujer se ponga a trabajar tan pronto. "Para eso está el papá", comentó, agregando que "yo estoy feliz de que ella trabaje si se siente capacitada para hacerlo, y siempre la he apoyado en todo".
Orgulloso de su hijo, que pesó 3 kilos y 100 gramos y midió 49 centímetros, el delantero aseguró que "soy muy guaguatero" y que "estoy pidiendo clases para aprender a mudar". Sin embargo, como papá primerizo, manifestó que aún hay cosas que le dan susto. "Ponerle una polerita es lo que me da más cosa, porque son tan frágiles. No va a ser fácil, pero hay que aprender. Nadie nace siendo mamá y papá", finalizó.
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