Cinco meses han pasado desde que David Bisbal y Elena Tablada, la madre de su hija, anunciaran su ruptura. Durante este tiempo, ambos han intentado llevar todos los detalles de su acuerdo de separación en la más estricta intimidad.
Según cuenta la revista Semana, su desacuerdo es por un tema económico, algo que sucede en muchas parejas. Al parecer, Elena Tablada le reclama a Bisbal una pensión compensatoria para ayudar a la manutención y cuidado de su hija, Ella, a punto de cumplir dos años.
El problema surge porque al no estar casados, la diseñadora no tiene derecho a esta compensación al no estar casada con el almeriense.
Sea como fuere, lo que le reclama Tablada a Bisbal es una mensualidad de 3.000 euros en concepto de manutención y cuidado de la niña, los gastos de la casa de Ciudalcampo donde bien ahora y una vivienda para ellas en Madrid.
Sin embargo, David no parece dispuesto a entregarle esa cantidad ya que considera que con 2.000 euros es suficiente.
En el bando opuesto, es decir en el de Elena, se asegura que el cantante, de momento ha incumplido el acuerdo de pago de pensión en múltiples ocasiones.
La segunda fuente de conflictos es la casa de un millón de euros que David le prometió a Elena comprarle para que viviera con su hija. Ahora vive en el chalet de Madrid donde vivía con David cuando estaban en España, pero está a nombre de la madre del cantante y de su hermana María del Mar, algo que tampoco hace nada de gracia a la diseñadora de joyas.
Bisbal aceptó la compra de una nueva casa siempre que estuviera a nombre de su hija. Elena se puso manos a la obra y empezó a buscar casa, pero su ex consideró que un millón de euros era un precio abusivo para un chalet. El cantante está dispuesto a pagar 600.000 euros por la vivienda, sobre todo teniendo en cuenta los momentos de crisis en los que vivimos.
Pero la pensión y la casa no son los únicos problemas entre la ya expareja. Elena se queja ante sus íntimos que el artista no cumple con el régimen de visitas. Fuentes cercanas al cantante y a su exnovia aseguran que los compromisos profesionales de Bisbal no le permiten tener un régimen ordenado de visitas. Hasta ahora, cuando él tenía algún día libre, la niñera llevaba a Ella a Almería. Pero Elena no parece dispuesta a seguir con ese ritmo.
Por su parte, David está bastante molesto con las salidas nocturnas de Elena en Madrid, algo que le estaría llevando a plantearse la posibilidad de pedir la custodia compartida.
Parece que la guerra no ha hecho más que comenzar. Veremos si es cierto que por el bien de su hija uno de los dos decide ceder o si por el contrario, el dinero se termina convirtiendo en su particular caballo de batalla…
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